El mejor método de aprendizaje es la lectura, ahí gente que adora leer y otra que adora escribir. Yo adoro leer y disfrutar de las creaciones de gente creativa, y adoro escribir para que amantes de la lectura pasen un buen rato.
jueves, 25 de agosto de 2011
Candle Cove. Mi Version.
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lunes, 8 de agosto de 2011
Sombras del Recuerdo
Todos tenemos recuerdos; una imagen o idea del pasado plasmado hoy, simplemente en nuestra mente.

Estoy seguro de que todos hemos oído hablar por doquier, sobre religiones que tienen el dogma, de que después de muertos nuestra alma reencarna en otro cuerpo y, así sucede hasta la eternidad.
Bueno; por experiencia propia, plasmada en este escrito, con toda seguridad, puedo afirmarles y jurarles que eso es falso; el alma no existe, es falsa, es un simple dogma, religiosos, los cuales buscaban creer en algo por una necesidad extraña; pero algo innegable, es la existencia de la reencarnación; pero a diferencia, de esos cuentos fantásticos, lo que verdaderamente reencarna; son los pensamientos; los recuerdos.

Nadie fuera de sus sueños, ha podido ver los recuerdos más antiguos de sus pres encarnaciones, pero aunque no te enteres del destino que te espera, siempre será el mismo para toda tu cadena de encarnación.
Limitadas son, las personas que saben todos esos recuerdos de sus pres encarnaciones. Son los habitantes de un antiguo y alejado pueblo en Grecia; que aun estaban apegados a sus antiguas costumbres religiosas; costumbres o practicas que hoy llamaríamos paganas o pecaminosas.
Una navegación en todo lo que llamamos alma, una excavación hacia los rincones más retirados y oscuros de nuestra alma, era y aun es uno de sus rituales más sagrados; pero, peligrosos, si no sabes cómo manejar la situación que se te presenta. Y justamente ese fue mi caso.

Dos fueron los días que tuvieron que pasar para llegar al pueblo de hades; bueno si así se le puede llamar ya que todo era un gran templo que cuyas calles o pasillos vacios, solo resaltaban el blanco mármol del que estaba formado, y a su vez un penumbra; penumbra digna de los bordes de un infierno llamado Hades.

Mi vista solo fue complacida al ver a 9 hombre con túnicas totalmente negras en círculo, practicando algún tipo de ritual; y mis oídos solo se complacieron, al oír de sus bocas los siguiente; “Oh, hades dios de las almas, en sufrimiento permanente, hades dios de un infierno ferviente danos la sabiduría de nuestras pre encarnaciones; aunque eso nos cueste el alma”. Dicho esto el centro del templo, se empezó a abrir; como las mismísimas puertas del infierno, de donde brotaban, sombras y tras de sí una gran llamarada con tonalidades azules y negras, un gran terremoto sacudió el lugar, y una oscuridad casi total se había formado, gracias, a las oscuras llamas del centro; caí desmayado ya que una extraña sensación invadió mi cuerpo y mi interior.
Estaba empezando a despertar, pero aun adormilado; tuve la sensación, de que me levantaban, me movían! Que sucedía pasaba por mi mente; y lo inesperado sucedió; no sentí más que el vacio, y un penetrant3e olor a azufre; no sé cómo explicarles, ya que ni yo mismo logro explicarle a mi alma, no sentí la impresionante caída que debía suponerse.
Continúe por un pequeño sendero, a bordeados de la pared; un paso en falso y un maldito destino me esperaría. Dos días caminando en espiral, encontrando en mi camino almas en pena confinados en un infierno lleno de sufrimiento; sufrimiento, que al parecer yo buscaba también, ya que el cansancio me estaba ganando la batalla; pero cuando estaba a punto de desplomarme, alcance un pasillo como el anterior, donde me deje caer.
En mis sueños, recuerdos encendidos de mis ansiosas pre encarnaciones se presentaron; al parecer, el estar en ese lugar las agitaba; fuertes imágenes, de asesinatos, genocidios, torturas pasaron de una manera acelerada a pesar de su gran velocidad puede identificar las caras, el increíble detalle de la sangre, los órganos; las desmembraciones y mi imagen como autor de todos aquellos actos; el último cuadro que taladro mi mente; más que por ser perturbador sino, porque sorpresivamente Salí de mis sueños, dejando mis sueños y recuerdos sin conclusión y a mi alma taladrándome en busca de respuestas, pero ninguna seria encontrada en ese momento. Cuál fue mi sorpresa que al abrir los ojos, note que estaba encadenado en una simulada silla de piedra, pero para alimentar y acrecentar el temor de mis adentros; al frente de mi, se encontraban tres personajes que con cuyos ojos; oh! Vaya taladrantes ojos; ojos tan penetrantes y directos solo dignos; del juez divino, o de un demonio juzgando almas en sufrimiento; no dudaba que el anciano del centro, era el dios que controlaba, todo este infierno; si hades sin duda era él; pero quienes eran, o mejor que eran, ese par de criaturas; uno de ellos un criatura gigante, parecía un gran hombre lobo, muy corpulento con sus fauces y pelaje, aun impregnado de sangre; sangre que aun estaba fresca, como si no hace mucho hubiera tomado su ración de carne humana. Y la otra con cuernos de carnero, pezuñas de caballo, con unos grandes dientes que sobresalían de su boca; y sus ojos, grandes vacios, rojos en su totalidad, un rojo que se asemejaba a la sangre, de forma tal que parecía que mientras más los veía creía ver chorros de sangre no solo en el sino en toda la habitación, por fin hades decidió apiadarse de mi alma, rompiendo el silencio.
“Algo me dice la razón que te trae aquí, tu alma inquieta, quiere explorar, los oscuros recuerdos de tus pre encarnaciones; y estoy seguro de que fuiste capaz de perturbarme con tu pútrida presencia, seguro que serias capaz de vender tu alma, como otros antes que tu lo hicieron; pero en muestra de mi piedad, solo tendrás que encontrar la salida; y ahora, retírate de mi presencia” dijo el dios; antes de que sus dos horrorosos acompañantes, me sacaran a rastras, a una habitación contigua llena con el umbral de la oscuridad.



Y ya no tengo más que prolongar, así que las sombras del recuerdos, enviadas por hades, podrán hacer con mi alma lo que quieran. No hay marcha atrás, las sombras me rodean, y me arrancan la carne, empiezan a castigarme igual que a mis pre encarnaciones.
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